Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

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sábado, 15 de septiembre de 2012

El último discurso.

-Sobrevolemos el mar, lo único que todavía no hemos querido devastar.
Bailemos dentro de las nubes, lo único que queda fuera de nuestro alcance de destrucción. 
Volvamos llenos de rabia, llenos de odio.
Esta noche soñé, que habíamos cambiado el mundo. Como si el mundo pudiéramos cambiarlo nosotros, pequeños rebeldes sin causa, que están solos sin que nadie se dé cuenta de lo que dan por el resto del mundo. Todos los juzgan porque nadie cree que puedan ser mejores que ellos, soñar mas allá del dinero, vivir libres. Y les da envidia, si, envidia, sus almas están atadas a una sociedad hipócrita, cínica y consumista y nosotros vivimos como salvajes, salvajes que ha criado una sociedad sin escrúpulos. 
Pero nuestra alma es libre, nuestro cuerpo morirá de asco y hambre, pero nuestra alma permanecerá tranquila. Las suyas no, las nuestras puede que estén podridas pero las suyas están muertas.
 ¡Muertas como los muertos que hay agujereados de balas, de contradictorias, asfaltando las calles de esta ciudad!
Las nuestras están podridas y apestan, pero al morir, nos quemaremos en el infierno, y todo será paz, por fin tendremos lo que nos merecemos por matar y nuestra alma agradecerá el fuego, que calmara nuestras conciencias podridas. Ellos lloriquearan porque nunca pensaron que ese seria su final, porque en el infierno nosotros calmaremos nuestras ansias de perdón, y allí podremos, por primera vez, perdonarnos, cumpliendo nuestro castigo. 
Hemos luchado para convertirnos en monstruos y evitar que los corazones puros vayan al infierno, ellos querrán ganar al diablo, y el diablo los torturara, y aunque hayamos muerto habremos ganado.
-Nunca lo olvidéis, los únicos que mueren bajo mi mando, son los enemigos.
No venimos para sobrevivir, sino para que nuestras almas se perdonen, para que los nuestros lloren y no lloremos por ellos. No venimos para sobrevivir, venimos para luchar, por sus vidas, nuestras banderas, nuestras tierras, nuestra puta dignidad, lo poco que han dejado de ella.
No venimos para sobrevivir, venimos para que ellos no sobrevivan, y nuestras almas descansen en el infierno.