Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

martes, 18 de diciembre de 2012

Y tu ausencia me asfixia.

Oigo el clic clac, de mi corazón de cristal cayendo al suelo.
Vamos a ser fuertes, y a decirnos de una vez te quiero.
Mi corazón es de cristal, pero de cristal duro.
Y solo se hace rasguños, heridas, se ensucia, se lastima.
Pero hasta el cristal mas duro, se rompe con un diamante.
Cuando sientes, que todo el sufrimiento, todas las caídas al suelo no sirven para nada.
Entonces un diamante en su majestuosidad, te rompe el corazón.
Salta en mil pedazos arañándote la piel.
Seamos valientes, digamos de una vez te echo de menos, te echo tanto de menos, que me duele el corazón, que apenas puedo alimentar a mi alma, que mis ojos apenas ven nada.
Mi propio cristal, mi propio corazón, me está destrozando.
Estoy tan cansada que me dejo desangrar.
Tengo tanta melancolía en el corazón que todo me suena a triste.
Esperanza, ¿dónde quedaste?
Créeme, necesito que vengas junto a mi. Porque tu eres otro corazón de cristal duro. Lo sé. 
Porque tu lloras en silencio, lo sé.
Porque tu entiendes mi dolor, porque lo compartes conmigo.
Tú también me echas de menos, y me quieres, y no sabes por qué.
Tú podrás perdonar que haga lo que siente mi corazón.
Porque tu también sientes las mismas cosas y haces las mismas cosas.
Eres mi última esperanza.
Mi última sonrisa.
Y que mi esperanza este tan lejos, me duele, 
me duele en el alma.

Deja de matarte, déjame salvarte. (2)


Y pasan dos noches más.
Mi alma está llena de rabia, de odio. Y de la tristeza mas culminante del mundo.
Me ahogo en odio, mis venas solo tienen tristeza.
No te volveré a dejar sola, te lo prometo.
Por lo que mas quieras, vuelve. No te dejes vencer.
Pasa otra noche más.
Te he visto, mientras yo he tenido que ahogar como una perra cobarde mis penas el alcohol.
Te he visto, y he olvidado mi botella de whisky.
¿Qué haces, que te estás haciendo?
Corrí hacia a ti, y llegué a pensar que no eras tú.
¿Quien eres, dónde está ella?
Rodeada de mas demonios.
Y me volví loca.
Porque yo soy así, porque esa noche la Luna me estaba resguardando y porque había bebido una botella de whisky barato.
Me volví loca y volví a perderte.
Ellos jamás me olvidaran, y jamás querrán volver a verte.
Y mis heridas también me lo recordaran eternamente.
Pasa otra noche, me dicen que te han visto entrar en casa.
Me espera él, porque tú ya no eres tú.
No espero que me des las gracias, y sé que hoy me odias.
Pero yo te quiero, y no el demonio.
Y sé que has olvidado quizás que es querer.
Pero no me importa, yo jamás lo olvidaré.
Me espera él, odiándome, con un cuchillo de verdad. Y yo suplico por ti, porque no te cortes, porque no este oxidado, porque no lo hayas utilizado y vengan a por ti.
Y él viene a por mi, y sé que no eras tu la que me robaba, ni la que hizo que fuera al hospital.
Y no me duele la herida, me dueles tú.
Pasa otra noche, y miro desde mi cama a la Luna.
No me he rendido, pero hoy tienes dinero. Y yo estoy perdida en una ciudad tan llena de demonios.
No me he rendido, pero las heridas tardan en curar, necesitaré tres botellas para no morir deshidratada.
Pasa otra noche, he pasado la noche llorando y vomitando, he pasado la noche rezando sin creer.
He pasado la noche sufriendo por saber dónde puedes estar. He pasado la noche odiando.
Y quemándome el trocito de alma que me queda. Corazón carbonizado que bombea muy rápido.
No lo entiendes, porque ya no sabes lo que es. Pero tengo miedo.
Voy a perderte. Y no puedo con ello, yo estoy aquí viendo como te matas. 
Y no puedo correr a quitarte esos cuchillos y abrazarte.
Porque el demonio no te deja. No te preocupes, yo lo sé.
Pasa otra noche, por fin te encuentro a ti.
Te has quedado sin dinero. Y eres tú. No eres como antes. Pero no eres él.
Me pides y me ruegas dinero, te enseño que no tengo.
Te enfadas, me odias, me olvidas.
Y vuelvo a enloquecer. Quiero encerrarte.
Encerrarte y atarte y que no puedas salir.
Pero encontrarás al demonio, sea como sea y lo sé.
Pero enloquecí, y tú, por fin tú, lo vistes.
¿Sabes lo que es dolor, sabes lo que es sufrir?
¿Me quieres, puedes soportar que yo haga lo que tú?
Y lo ves,  por fin ves que es el demonio, y cómo se mete dentro.
Lo ves, porque tuve que hacerlo.
Apenas recuerdo algo mas que a mi desesperada, rabiosa, enloquecida clavándome cuchillos blancos, cuchillos de pastillas porque yo también sé dónde buscar demonios. Yo también sé rendirme. Yo también sé matarme.
Y pasa otra noche.
Estoy en el hospital, otra vez, con las paredes del color de la frialdad. Con miradas de reproche en mis cuidadores. Y no estás, ya no estás tú.
Y pasan dos noches más, y vienes a verme.
Sigues sin ser tú, pero no eres él.
Me sigues odiando, y a mí me duele.
Me pides que no lo vuelva a hacer porque te duele.
Y cuando pienso que lo has entendido.
Te veo salir en busca de más demonios.
Y yo, yo me quiero morir.

Deja de matarte, déjame salvarte. (1)

Veo como te destrozas, pequeña.
Veo como rompes tu vida en pedazos, y los vas desperdigando por doquier.
Veo como te clavas cuchillos en el alma.
Y me destrozas.
Me rompes en mil pedazos, me pegas hasta reventarme el corazón.
Veo como te matas, y como no me dejas hacer nada.
Nada por ayudarte.
Y cada noche, mientras tu te matas lentamente, acabas conmigo.
Tú alma está poseída, no eres tú.
Ya no te perteneces, tú crees que si, pero no eres tú.
No estuve contigo, y este es mi castigo.
Jamás podré perdonarme haberte dejado sola.
Y pasa otra noche. 
Te vuelves a matar lentamente.
Y mi alma se retuerce de dolor.
¿Dónde estás? la Luna está noche no ha salido, me ha dejado sola con tus demonios, la Luna no ha salido esta noche, no es buena idea que estés sola en una noche tan oscura.
¿Dónde estás pasando estos momentos, dónde te ha llevado el demonio está noche? 
La Luna me ha dejado sola, y no me lo puede decir.
Perdóname, perdóname por no haber estado contigo cuando el demonio quiso besar tus labios por primera vez.
Perdóname, perdóname por no haber estado contigo hasta que el demonio estuvo dentro de ti.
Perdóname y no te pierdas.
Vuelve conmigo, mi alma estará destrozada, pero todavía puede salvarte.
Y pasa otra noche, y tú sigues clavándote cuchillos blancos, cuchillos con forma de pastillas.
Y te miro a los ojos y no sé quien eres.
No te destroces más. Te lo suplico. 
Deja de escuchar al demonio unos segundos, mírame a los ojos, te pido perdón, ahora, déjame ayudarte, déjame salvarte, déjame quererte, déjame recordarte, no me vuelvas a hacer sangrar de tristeza.
Y pasa otra noche, y el demonio cada vez está mas tiempo contigo.
No me olvides, no te olvides.
Es demasiado tarde, quizás, pero todavía puedo salvarte.
Te espero por las mañanas, y no regresas a tu casa.
El demonio ya te ha secuestrado, y yo sola no sé encontrarte.

sábado, 15 de diciembre de 2012

Y daré todo lo que tengo y lo que tendré.

Solo me quedas tú.
Reflejándote cada noche en mis lágrimas hasta el amanecer.
Solo me iluminas tú.
Acariciándome por las noches cuando lo recuerdo.
Solo estás tú.
Pero ni observarte mi amada luna toda la noche me es suficiente para ahogar la pena.
No te enfades otra vez conmigo, no lo soportaría. 
Hoy no.
Ni mañana.
Sé que guardas mi secreto, y que cada noche me ves deshacerme en pedazos de cielo.
En trocitos de él.
Tu eres luz en la inmensa oscuridad, y verte me recuerda a sus oscuros ojos.
Ni tú, que eres lo que mas admiro y deseo en esta vida me alivia.
Porque desde que está más cerca de ti, que de mi,
mi dolor me ahoga, mi pena me mata.
La piel se me adormece, intenta recordar su tacto, y le quema olvidarlo.
Llora mi alma todos los días, y temo que se vacíe. 
Tengo miedo a no ser tan fuerte, a que mi alma se retuerza hasta desaparecer y entonces vivir sin alma, vivir sin vivir, vivir desviviéndome. 
Desde que no está, ¿y si lo voy a buscar, estará ahí esperándome?
Pero, ¿y si no lo está? Lo habré perdido a él y te habré perdido a ti Luna.
Amada y querida Luna, que falta me haces por el día, que cerca te necesito por las noches.
Susurramelo, ¡no lo aguanto más! ¡Haz una excepción! ¡Tu lo ves dime dónde, dónde está! 
Acercamelo, no vale en sueños.
Lo necesito cerca, yo lo hecho todo por ti. Hasta la vida. Y jamás te he pedido nada, solo existir.
¡Hay noches que me has fallado tú a mi, no estabas a mi lado, alumbrándome en la oscuridad, y yo te necesitaba! Jamás te dije nada, porque jamás lo merecí.
Pero yo he estado noche tras noche, ahí, contigo, noche tras noche y día tras día pensando en ti. 
Dándote fuerza y palabras bonitas, porque como bonita que eres te gusta que te lo digan.
Y si necesitas algo, yo te lo daré todo.
¿Qué quieres a cambio de mostrarme el cielo un segundo?
Pídeme lo que quieras, mis sueños, mi alma y mi vida. 
Todo lo que tengo es tuyo pero muéstrame que está contigo, solo unos segundos.
Necesito verlo una última vez, por favor.
¡ Enséñamelo por lo que mas quieras, que sé que no soy yo!
Necesito saber si está contigo, irme con él.
Necesito saber que allí volveré a verlo, y estaré con el toda la eternidad.
No aguanto mas noches en vela por miedo a no soñar con él.
No aguanto mas noches llorando hasta dormir agotada.
No aguanto mas días así, no me quedan fuerzas para soñarlo más.
Se desvanece, lo veo desvanecerse con el tiempo.
Y el mundo se olvida de sus ojos azabaches.
Y yo no puedo, no puedo.
Luna, deja de oírme por placer y escúchame por una vez de verdad.
Lo sé, no lo merezco, y quizás nunca lo mereceré.
Robaré la esencia de la vida, lograré los sueños mas profundos, la mejor ambrosía del mundo, los secretos del universo. Dedicaré mi vida a darte todo lo que jamás te han dado y tú, me lo mostrarás unos segundos, que para mi durarán eternamente.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Que como te echo de menos, no hay en el mundo un castigo.


Dijimos que nos querríamos para siempre. 
Yo nunca creo ese tipo de mentiras, pero de tus labios parecieron muy reales. 
No me mentiste, yo te querré para siempre.
Una parte de mí, te querrá toda la eternidad. 
La otra, hasta que entre el whisky y la luna olvide que te quise, o me haga la estúpida ilusión de que quizás no te quise como creía.
Y es que una sonrisa, no es una sonrisa. 
Unas lágrimas no son unas lágrimas. 
Un abrazo es un puñal, un te quiero una mentira, impuesta por la sociedad. 
Acaso, ¿soy la única que se esconde para llorar? Acaso, ¿soy la única a la que le cuesta dar un abrazo, decir te quiero?
¿La única que piensa que un suspiro no solo sirve para expulsar el aire?
Dijimos que esto no terminaría jamás, pero ha terminado.
Tú estás ahí, en alguna parte, y en todos los sitios que te llevo conmigo.
Tú estás ahí, y nunca sabré si puedes pensar en mí o en algo siquiera.
Te echo de menos desde antes de que te fueras para siempre. Porque sabía que te ibas.
Y ahora estoy asustada sin ti. 
Sin nadie, sin luz, y sin oscuridad.


viernes, 7 de diciembre de 2012

Siempre habrá poesía

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre 
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista, 
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera, 
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad, siempre avanzando,
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos, 
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen 
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

Gustavo Adolfo Bécquer

martes, 4 de diciembre de 2012

Cuánto dolor me causas, pero que sería de mi sin ti.

Todo lo que he aprendido de la vida solo sirve de algo si lo desaprendo.
Todo lo que he sufrido en la vida solo sirve de algo si lo olvido.
Todo lo que he sonreído en la vida solo sirve de algo si lo recuerdo.
Todo lo que he vivido en esta vida solo sirve de algo si otros lo recuerdan.
Pero ay, tus lágrimas que hacen de mí cuando me las enseñas.
Pero ay, de mi corazón cuando me gritas mirándome pero sin ver nada.
Y ojalá pudiera ayudarte, pero nunca sabría cómo.
Y mis palabras pueden sanar tu dolor, solo un rato, unos segundos.
Haces del mundo un infierno, y del infierno el día a día.
Y, ay, mi orgullo cuánto daño a hecho, y que de poderes tendría sin él.
Y, ay, de mi verdad cuánto sufrimiento ha causado y que de veces he debido mentir.
Y, ay, de mi mentira cuanto dolor a causado, y que de veces he debido decir la verdad.
Y mis sueños, ¿que serán de mis sueños sin alguien que los guíe?
Ay, mi egoísmo, pobre de ti, ¿que serán de tus sueños si yo olvido que los tienes también?
No importa las veces que fracase, sólo importa la que voy a conseguir.