Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

miércoles, 26 de octubre de 2011

Hoy me apetecía escribir de las cosas que llenan el alma y llegan al corazón,pero me entretuve pensando en ti, amor.

Hoy me apetecía escribir de sueños, de poesía, de logros y de amor.
Hoy me apetecía escribir historias de felicidad y esperanza.
Hoy me apetecía escribir que todo es posible y que el mayor de los poderes es creer que tú puedes.
Hoy quería creer que mientras no muera la esperanza siempre habrá una posibilidad para todos los sueños frustrados, rotos y abandonados que tienes todavía guardados en tu corazón. 
Hoy quería escribir de algo hermoso, de algo pequeño, de algo grande, de la sensación de sentirse vivo, y útil.
De hacer cosas por uno mismo, de hacer cosas que llenen el alma y lleguen al corazón.
Quería escribir todo aquello que debería ser recordado y fotografiado, quería escribir las palabras más hermosas, más hermosas que cuando dije que te amaba, más hermosas que cuando te dije que por cada suspiro que tu dieras un poco se me vaciaba el alma. 
Quería escribir sobre toda la belleza que hay en el mundo, pero no he sabido por dónde empezar, porque solo podía pensar en ti, recordar tu belleza, y lo bello que has hecho al mundo.


Y es que el mundo es tan hermoso desde que te encontré en él, todo es posible mientras haya personas que hagan que los duros lloren, que los tristes rían, que los cobardes dejen de huir, y que personas como yo quieran con todo el corazón y el alma.

Y quiero gritar, todo lo que un maldito día hice mal.

Camino como si el alma fuese una piedra pesada con la que tengo que cargar, la conciencia es una mano negra que me pone la zancadilla a cada paso y me hace ir dando saltos, noto que el traidor de mi corazón quiere dejar de funcionar, está cansado, los sentimientos me abandonan y las lágrimas secas están guardadas en los recuerdos que se me hacen ya irreales. Sé que mis pulmones no aguantarán más humo negro, ni más golpes de hierro.
Y aunque el corazón palpite más tranquilo mientras bebo, noto como el hígado se desprende del resto de mis entrañas.
Quiero gritar ¡Dios mío si es verdad que existes, te juro que subiré antes de que me lleves al infierno y te diré lo mucho que te odio, y todo, todo lo que has hecho mal!





sábado, 22 de octubre de 2011

Fue el único que murió, porque se merecía ser feliz♥

Lo acompañé durante horas, hasta llegar a un pequeño país en ruinas, pero al margen de toda esta mierda. Era mi fiel amigo, el único vivo que quedaba de todos los que tenía cuando todo esto empezó, así que se merecía todo lo que me pidiera, viajamos con las armas a cuestas y en la parte trasera de un camión de los que creía que ya no existían mientras fumábamos en silencio el poco tabaco que nos quedaba, en silencio porque nuestros labios no hubiesen sabido decir nada bueno, a mí me bastaba con dormir y sentir que había alguien vivo cerca de mí.
Llegamos, a una casa que parecía ruinosa por fuera, pero eran todo lujos por dentro, nunca me atreví a preguntarle por qué. Entré mientras él se quedaba hablando con su esposa, avancé y no podía creerlo, por dentro era un maldito palacio, lleno de vinos y champán. Subí a lo que desde fuera era un desván y vi cuadros por todas partes, cuadros que no deberían estar en esa casa, vi cortinas de seda egipcia, vi alfombras árabes, vi lujos de aquí y allá. Y una habitación vacía, llena de cosas para un bebé.
Recordé lo que hacía un  par de años me había contado, cuando todavía había tiempo para risas. Estábamos todos, los cuatro de siempre, estaba él...
Recuerdo que dijo que su mujer estaba embarazada, casi se le salían lágrimas del júbilo, por lo visto llevaban un tiempo intentándolo, estaba feliz y emocionado. Siempre estaba sonriendo y todo le parecía bien.
Y después, vino esto, y lo jodió todo, nos jodió a todos... Y él, perdió a su pequeña. Y desde entonces no había vuelto a ser el mismo, había dejado de decir que todo iba a salir bien, porque tenía que salir bien. Después de eso solo callaba, suspiraba y ponía los ojos en blanco.
****
Bebí, comí, y me lavé. Y aun así cuando volví a la entrada seguían hablando, y los escuché.
El decía,- Me voy a ir ya.- Con la voz rota y quebrada que nos caracterizaba a los que ya no podíamos llorar.
Ella le miró, con los ojos tristes y llorosos, ella le miró, y se me puso la piel de gallina, ella le miró y le suplicó que se quedara con la mirada.
El repitió: -Me tengo que ir ya.
Ella lloro en silencio, y me dio la sensación, de que si nos íbamos no volveríamos a verla nunca más, de que estaba cansada de esta vida que le había tocado, y que no veía porqué tenía que aguantar más.
Él se fue andando, lentamente y yo, yo todavía no sé callar.
Me plante ante ella y ante su mirada sorprendida le solté -¿No vas a hacer nada?
Y entre lágrimas y gimoteos entendí -¿Qué quieres que haga?
-Dile que se quede, que le necesitas aquí contigo, que si se va, se te va la vida, que no aguantas, que estás cansada de que se vaya y te deje sola, dile que no quieres estar aquí sola porque estás a salvo. Dile que le sigues queriendo, dile que lo echas de menos, dile que no es su culpa lo de la niña, dile que podéis arreglarlo y tener un bebé, dile que se quede, que se escape de toda esta mierda, y se quede contigo. Que lo necesitas, que necesitas que alguien esté contigo mientras llores, que no solo él lo ha pasado mal a la espera de morir, tú también a la espera de que muera. Dile que se quede contigo, que viviréis de los tomates que robéis en el mercado. Dile que intente empezar a ser feliz contigo, dile que le quieres, y que no aguantarás otro asqueroso día sin él. ¡Corre, díselo!
-¿Y tú?
-Está no es mi lucha, es la tuya, has luchado todo este tiempo y te lo mereces a él. Yo todavía, tendré que seguir luchando, porque cuando pude ganar a mi premio lloré, como haces tú, lloré y dejé que se fuera. Ahora él está muerto, y yo sola. Trae al primer niño feliz aquí por mí ¿Vale? 
Las últimas palabras me habían salido tan débiles, que todavía no sé si lo escuchó. Pero asintió con la cabeza, se secó las lágrimas y se fue corriendo detrás de él.
Yo vi como le decía todo lo que se había guardado todo este tiempo, y como se lo decía rápido para que no sé lo olvidará nada, vi después de tanto tiempo como sonrío, mi fiel amigo, la abrazo, la besó. Y me lanzó su identificación. Muerto en combate. Me fui.
Así fue, como me quede completamente sola ante mi lucha.

jueves, 20 de octubre de 2011

Me miraste con tu alma en los pies y yo intenté sujetar la mía♥

Me miraste desde esa esquinita de tu jaula, y tus ojos me gritaban en forma de silencio, me estabas chillando que tu alma se había ido el día que él te abandonó. Me miraste pequeño y fuerte, y tu corazón me quiso susurrar algo al oído, pero tus labios no lo dejaron, tus lágrimas querían salir, pero tu orgullo se lo impidió. Querías venir a mis brazos y abrazarme, querías refugiarte en mi como el niño pequeño que eras, con la salvadora con la que tanto habías soñado. Pero me miraste desde esa esquina de tu jaula, con la mitad de tu corazón en un puño, y la otra en el otro. Y te negaste a aceptar que yo te sacaría de allí, que te daría todo el amor que en esos diez años te había faltado, me miraste y creí leer en tu mirada que si veníamos del mismo mundo, que si provenía de la misma sangre, te haría daño. Y jamás me costó tanto aguantarme las lágrimas que apretaban contra mi pecho, te había soñado todos los días, te había buscado por todo el mundo hasta encontrarte, había dado hasta el último aliento de mi vida por ti. Y ni siquiera te entendería si llegarás a hablarme.
Quise abrazarte, quise susurrarte al oído que todo había acabado, quise gritarte que vinieras conmigo, quise decirte que te quería como nadie te iba a querer nunca. Me miraste desde tu pequeña jaula con los ojos llenos de ira y el alma llena de odio. Y en un brillo de tus ojos incluso pude verme hacía unos años.


-He venido a buscarte, a ti, por favor, créeme, te quiero, aunque no te conozca, porque me perteneces, jamás te haré daño, y cuidaré de ti, no importa si me dices que me odias, no me importa si me insultas, si me pegas, no importa si te escapas, si te peleas, no importa si cuando lloras no me lo cuentas, no me importa si no me quieres. No importa si el tiempo se me acaba por estar contigo, no importa si me arruinas, si me jodes la vida.
Te quiero, y el amor que siento por ti, es inamovible, es eterno y es demasiado fuerte para que sino lo tienes lo entiendas. Eres todo lo que me queda, y jamás, jamás te abandonaría, antes de hacerte daño me lo haría a mi, eres mi vida entera, y sin ti no me queda nada, por ti daría la vida, con la más fría y dura muerte. Te quiero, y daré todo porque seas feliz, conmigo o sin mi.


Te lo dije todo, aunque sabía perfectamente que no entenderías nada más que la que dicen que es hija del mal nacido, te coge la mano y te arrastra después de hablarte sin lágrimas, sin temblores, fría como su padre, que nunca entenderías que sabía como manejar las palabras para que sonaran bien, pero no la cara para que parecieran verdad.

No te pido que lo entiendas, solo que calles y sonrías por mi.

Es frustrante cuándo le cuentas algo que te importa a una persona, algo por lo que estás orgulloso o simplemente algo que sabes que quieres hacer, y sabes lo mucho que te va a costar conseguirlo, y su reacción es una cara desconcertante o un no lo conseguirás.
Aun así yo me agarro a la frase: Cuánto más difícil es el desafío, más grande es el triunfo.
Del Circo de las mariposas, preciosa por cierto.
Hay veces que dudan de mi, de mi fuerza, hay veces que dudan de mi, de mi carácter, hay veces que dudan de mí, porque soy una mujer. Y simplemente hay veces que dudan de mi, porque piensan que soy como ellos, que si me cuesta me rendiré. Que no perseguiré mi sueño, y no es así. Porque ¿De qué me sirve vivir si no es para perseguir mis sueños? 
Bien, para las personas que me preguntan ¿por qué? Es básicamente porque me lo dicta el corazón.
Para los de, ¿Crees que puedes conseguirlo? Evidentemente lo creo, a base de esfuerzo, sudor, sangre y muchas lágrimas. De dietas, de ejercicio y de empollar libros. Si me preguntarás ¿Lo vas a conseguir? Entonces solo podré contestarte, lo intentaré, como si la vida me fuera ello.
Para los de, pobrecita tú madre, quiero deciros que ella está orgullosa de mi, y que sabe que es mejor morir haciendo algo que quieres, que vivir mucho tiempo infeliz.
Y para los de, no lo entiendo, simplemente yo tampoco entiendo porqué tu quieres ser contable, profesor o ingeniero. Pero nunca te diré, que aburrido, qué mierda, ni ¿Por qué no eliges algo más normal para ti? 
Y para los de ¿No te da miedo? Muchísimo, y no veo el momento de estar allí. Porque ser valiente amigos míos, no significa dejar de tener miedo. Es mi sueño y lucharé todos los días, por tenerlo.

martes, 18 de octubre de 2011

Todo lo que creí que dirías al verme marchar.

-¿Preparada para escuchar palabras que van directas de mi corazón hacia mis labios sin pasar por la razón?
+Llevo toda la vida preparandome para este momento.
Yo buscaba tu mirada trás sus ojos, yo me enamoraba de cualquier cosa que me recordase a ti. Me rindo, lo siento. Te quiero. Llevo toda la vida preguntándome como sabran tus besos, si serán como los del resto y sabiendo que es imposible porque a ti te quiero. Y sueño con tu sonrisa cada noche, recuerdo cada minuto que roce tu piel como si fuera un niño y viera el arco iris por primera vez.. No es casualidad que cada vez coincidamos más, más bien es que te busco. Por todas partes. Espero si se que vas a venir y corro si se que vas a ir. Con tal de ver tu piel bajo el sol, tus labios cortados o tus ojos cansados. Con tal de poder soñarte de cerca, yo ya no sé vivir sin quererte, ya no recuerdo mi vida sin ti, no recuerdo ni como soy yo sin ti. No es el destino, fuiste tu la que escribiste en mi corazón con pluma de fuego quiéreme y te quise.
Si te vas, yo muero. Porque sin ti, ni siquiera soy yo. Cielo, tú haces que quiera ser mejor persona.
Te quiero. Y jamás podré ser nadie sin ti.


V de vendetta

Moriré aquí, cada centímetro de mí perecerá. Cada centímetro, salvo uno. Un centímetro, algo pequeño y frágil. Y lo único que merece la pena conservar en el mundo. Nunca debemos perderlo o entregarlo. Nunca debemos dejar que nos lo arrebaten. Espero, seas quién seas, que escapes de este lugar. Espero que el mundo cambie y que las cosas mejores. Pero lo que espero por encima de todo es que entiendas lo que quiero decir cuando te digo que aunque no te conozca y aunque puede que nunca llegue a verte, a reírme contigo, a llorar contigo o a besarte... te quiero, con todo mi corazón. Te quiero.


La carta de Valerie.
Natalie Portman.

En busca de la felicidad.

No permitas que nadie diga que eres incapaz de hacer algo, ni si quiera yo. Si tienes un sueño, debes conservarlo. Si quieres algo, sal a buscarlo, y punto. ¿Sabes?, la gente que no logra conseguir sus sueños suele decirles a los demás que tampoco cumplirán los suyos.

Will Smith.

Titanic.

Verás, siempre llevo cuanto necesito: aire en mis pulmones y unas cuantas hojas de papel en blanco. Me encanta despertarme por la mañana sin saber qué me deparará el futuro, a quién conoceré o dónde me llevará la vida. Creo firmemente que la vida es un regalo y no pienso desperdiciarla. Nunca se sabe qué cartas repartirá la próxima vez; aprendes a aceptarla tal como viene, así, cada día cuenta.


Leonardo DiCaprio.

domingo, 16 de octubre de 2011

Gracias a ti, sé lo poco que pueden llegar a valer las promesas.

Querría saber dónde has estado todas las veces que te he llamado, querría saber dónde has estado cada vez que te he necesitado, querría saber que es lo que no te deja un minuto de tu vida para decirme te quiero. Querría saber, qué es lo que he hecho para merecerte a ti, querría saber cuándo yo te falle, cuando te falte, y por qué nunca viniste a verme, querría saber porqué me duele todavía, tener que nombrarte tras de mí. Querría saber cual es la verdadera razón de que te fueras, me dejarás y me olvidarás. Querría saber porque no puedo perdonar.


¿Por qué me fallas, por qué me faltas, por qué no creo cuando me dices tus te quieros, por qué sigo creyendo que sigo siendo aquella niña y tu aquél hombre que me hacía llorar cuando me faltaba?
Es por ti por lo que tengo una coraza, al mundo, al perdón, al querer, tengo miedo a perder, solo sé desconfiar de todo y todos, tengo miedo al dolor, a decir adiós.
Aquello por lo que mis promesas tienen tanto valor, es porque tú me enseñaste lo que duele quitárselo.
Gracias a ti, tendré siempre una herida que todos algún momento me puedan abrir.

Te lo puedo prometer, jamás te dejaré de querer♥.

Me miró, y sonrió, como siempre, y sentí que todo aquel tiempo nunca había pasado, anduve, y llámame loca pero juraría que oía a su mundo interior decir. -Te he echado de menos.
Fui, No me pidió perdón y yo tampoco se lo pedí, no me dijo que lo sentía y yo tampoco se lo supe decir. Empezó a hablarme como nunca, sé que todo lo que decía eran historias de nosotras, recuerdos de lo que fuimos, sé que era importante para mí, pero sobre todo para ella. Pero no la escuché, miré sus ojos azules, que hacía tanto que no había visto, miré sus ojos azules por si no los volvía a mirar, intenté meterme en su mundo, quería ver algo de él, antes de perderla. Y mientras intentaba descifrar que es lo que escondían sus ojos, escuché te quiero. Y me bloquee, cuántas, cuantísimas veces había pensado yo que la quería, cuanto, cuantísimo la quería, y ninguna vez se lo había dicho. La palabra llegó a mis oídos como una suave brisa, se posó en mi corazón como una pequeña gota de agua en una hoja un día de lluvia. Cuando salí de mi desconcierto, la vi esperando a que le respondiera, y ahí iba la primera vez que dije a alguien que la quería. 
-Yo también te quiero.
Y ella repitió.- Te quiero mucho. Sonreí, pero seguía sin saber muy bien que decir, quería que volviera, pero, no podía permitirme sentir tanto, sentir tanto dolor, y tuve que decirlo. -¿Puedes prometerme que no te irás, que esto no volverá a pasar, que volverá a ser todo como lo era antes? La vi, estaba apunto de llorar, sus azules ojos, me decían para por favor, y tuve que apartar la mirada. -Porque si no puedes, me voy. Y serás tú la que no vuelvas a verme. Vi como se trago cada una de las lágrimas, y me dijo
 -Te lo prometo, nunca te dejaré de querer, es más, te enseñaré una pequeña parte de mi mundo, del que tanto crees que quieres ver.
¿Cómo negarme mientras sus azules ojos me miraban?

Echarle alcohol al corazón♥.

Me levanté, con el pie izquierdo, como todos los días, sin saber de dónde sacaba las fuerzas para otro día y diciéndole a la mañana que le jodan. Como todos los días, todos los asquerosos días desde que la perdí y todo había vuelto a ser como antes. Una oscura espiral de odio e ira.
Antes de desayunar fui al estanco, tabaco, por favor, déjame que ahogue de alguna manera este dolor, ande hasta volver a llenar mis pulmones de negro humo, cinco cigarrillos de madrugada, y el resto después del café y la copa de licor. Bien largo, por favor, que el tabaco no me hace olvidar el dolor. 
Andaba mientras arrastraba el alma con los pies, y sin porqué me puse a correr, como una gacela que huye de su depredador, yo que huía de mis miedos. 
Fui a nuestro sitio preferido, el único sitio dónde me sentía cerca de ella, el mar y el cielo se reflejaban, la luna seguía en el cielo, el sol, todavía estaba amaneciendo. Pero, de qué me servía soñar, si al despertar ella no iba a estar compartiendo mi dolor, huyendo conmigo. De qué me servía soñar, si dejé que se fuera, ella ya no está. Y entonces grité, y grité hasta quedarme sin aire, grité por todas las veces que no quise gritar, grité hasta romperme la garganta, grité hasta hacerme daño a los oídos, grité con toda la fuerza que me quedaba grité.
Y cuando deje de gritar, oí, como a mi grito se le había unido otro grito más agudo.
Y la vi, gritándole a la vida. Gritándome a mí. Había ido allí, porque sabía que yo iría a verla, porque sabía que la seguía queriendo.

sábado, 15 de octubre de 2011

Y en suspiro se me fue hasta el alma.

Al cabo de unos meses, tuvimos una discusión, a estas alturas sigo sin saber que es lo que paso. Y dudo que jamás lo vaya a saber. Pero hacía mucho tiempo que no me sentía tan mal, pude negarlo, pude obviar lo evidente. Que perderla hacía que mi alma empequeñecerá y se consumiera lentamente. Note como con cada palabra y suspiro, se iba alejando de mí. No lloré, e intenté no quejarme, hice lo posible para que pareciera que nada estaba mal. Pero ella no, su alma era grande y no quería fingir. Yo había hecho de todos los silencios y problemas una bola de pelo, y ella quería deshacerla. Tirando de cada hilo invisible mientras yo me hacía cada vez más pequeña, y cuando dijo espera a que vuelva. Temí, con todas mis fuerzas, que no volviera.
Y sentí los abrazos que no le di, las palabras que no le dije, los secretos que no le conté, los besos que me tragué.
Se iba, y yo había dejado que los demás no me importaran por ella. No me lo pidió, pero mi corazón me lo exigió.
Jamás supe que hacer, porque me sentí mareada, pero no pensaba caer pues mi orgullo me levantaba.
Entonces los vi, sus azules ojos, su mundo invisible. ¿Dónde estaba? Lo perdí, nunca encontraré ningún lago más bonito que sus ojos, ninguna lágrima que secar me produjera mayor bienestar. ¿Qué es lo que paso? No lo sé.
Pero sentí que con ella se me iba el alma, que todo por lo que había luchado, todo lo que había temido y todo lo que había querido se iba con ella, con su mundo invisible, sus ojos azules. Su cielo, su mar, mi esperanza.

La rutina fue quererte♥.

Llevábamos ya un par de semanas viéndonos todos los días, quizás ella supiera que la necesitaba o quizás me necesitara ella a mi. Todos los días iba a recogerla, nunca la abrazaba, le sonreía y con eso bastaba, nos alejábamos del mundo y andábamos en silencio. Ella sumergida en sus miedos y yo en mis pesadillas. Cuando nos cansábamos nos sentábamos, y ya está. La miraba y veía sus ojos mirando un mundo que desconocía, y que jamás podré llegar a conocer. Un lugar secreto que habita en sus pensamientos y en su alma y por el que a veces se le escapa por sus ojos alguna lágrima. Pasaban las horas hasta que abríamos la boca, y cuando callábamos, volvíamos en silencio. Pero todo lo que hablábamos era tan intenso, que era imposible que fuera durante mucho tiempo. Yo solo soñaba, deseaba, rezaba porque nuestra especial amistad no acabará nunca.
No sé que es lo que tenían sus ojos, pero jamás he podido dejar de mirarlos, y creo que nunca podré olvidarlos.
Si había algún día en el que no la veía, me sentía vacía y sola. Y si, puede que a veces no le contará nada de verdad, o simplemente nada. Pero necesitaba que ella a mi lado, compartiese mi soledad y mis silencios.




Es curioso, cuánto mas calladas estábamos, más sentía que gritaban nuestros corazones.

viernes, 14 de octubre de 2011

¿Cuando sabemos que el miedo racional de querer, deja de serlo?

Le temblaba la voz cuando me decía adiós, y yo sabía que jamás lo volvería a ver. La forma con la que me miraba, su voz rota, sus manos temblorosas... ¿Qué podía hacer yo más que perdonar todo el daño que me hizo? 
Debería haberlo hecho, lo sé, ¿Seré incapaz de perdonar? Siempre dejo que se haga una bola dentro de mi, y dejo que crezca hasta que explota en mi interior, noto como vibra, mis pulsaciones se aceleran y están notables en todo el cuerpo y mi temperatura aumenta.
La rabia me posee, y ni siquiera sé muy bien que estoy haciendo,¿Por qué convierto la tristeza en odio, la melancolía en rabia y las penas en rencores? ¿Por qué me es más fácil llorar de odio que de dolor?
¿Por qué me cuesta tanto decir adiós?



Cuando sabes que ya no hay vuelta atrás, que no volverá.

Mañana hacen 365 días sin ti, y todavía me pregunto dónde estarás, por qué te fuiste. Mañana seguiré echándote de menos, y odiando al dios todo poderoso que dicen que existe y es bondadoso. 
Mañana hará un año, del día que mas lloré en mi vida. Y esta noche, de una de las más tristes, oscuras y solitarias. Sigo pensando si me ves, si me quieres, si tú puedes echarme de menos. Sigo pensando en por qué no te dije todo lo que te quería decir. Sigo pensando en cuántas veces pude decirte que te quería, y ahora solo puedo gritarlo y esperar que llegue hasta ti. Sigo recordándote postrado en el pequeño colchón blanco, recuerdo tus ojos tristes que me decían.-Tú no deberías estar aquí, e intentabas pronunciar vete y vive, tú que puedes. Sigo recordando cuando te fuiste, lo triste que fue, y lo mucho que te quería la gente, pero sobre todo lo mucho que yo te quería y lo poco que te lo decía. 
Recuerdo lo último que escuche de tus labios. Te recuerdo y solo me salen lágrimas, miedo y abandono. Te echo de menos, y nunca entenderé porque te fuiste. ¿Por qué no pudiste quedarte a aguantar un poco más en este frío mundo?  Joder, te echo de menos. Mucho.

En mi castillo de la soledad, dónde nadie pueda entrar♥

Vivo en el castillo de la soledad, donde reino a un país vacío, y mi único esclavo es mi corazón. Tengo una habitación para cada sentimiento, un pozo para cada sueño, y un poco de barro para los deseos.
La esperanza se mantiene en cada una de las flores muertas que hay en el ventanal principal, las lágrimas son convertidas en fuentes dónde los peces mueren de soledad, las nubes son siempre oscuras porque siempre está lloviendo, y el cielo es siempre gris. 
Siempre es otoño y las hojas caen como mis sonrisas mueren. Tengo en cada habitación, una copa de alcohol. Y en cada patio, mil paquetes de tabaco. Tengo millones y millones, y nadie con quien gastarlos, tengo millones y los daría todos por tener a una sola persona.
Tengo a la luna atrapada en mi ventana, tengo a la noche pegada a mi espejo, las estrellas anidan en mi techo.
En mi castillo de la soledad, todas las habitaciones están vacías, y todas se quieren llenar.
En mi castillo de la soledad, dónde siempre es de noche, y las lágrimas son otra forma más de saludar.
En mi castillo de la soledad, dónde el amor fue desterrado al tejado y el viento se lo llevó, dónde la amistad fue tirada al granero abandonado, y las ratas la mataron.
En mi castillo de la soledad, dónde paso los días preguntándome dónde, ¿Dónde estás?

jueves, 13 de octubre de 2011

Solo tú me ayudas a tragarme de un trago todo lo amargo del vivir♥.

Necesito alguien que este ahí para lo bueno, para lo malo y para lo peor. No necesito que me comprenda, solo que intente entenderme, aunque no sea siempre. Necesito a alguien que sea todo lo contrario a mí. Te necesito a ti. Que yo soy furia y tú eres paz, que yo rara y tú normal, yo vivo por impulsos y tú lo quieres todo bajo control. Que yo sé que están las leyes, pero creo que están para incumplirlas. Y tú, tú las creaste en tú mundo de cielos azules, dónde el viento es solo un susurro. Necesito que de vez en cuando me saques de mis huracanes, de mi silencios ocupados por gritos de mis pensamientos, necesito que me saques las lágrimas con un cuchillo que yo no sé como hacerlas salir sin odio. Te necesito a ti. Y yo oigo que todo está bien, pero solo entiendo me perdiste tú. Y soy idiota, porque no sé como pude pensar que podía estar sin ti, ni sé como he llegado a sobrevivir todo este tiempo.
Sé, que no me lo merezco, lo sé. Pero como tú eres todo lo contrario a mí, quizás, todavía te quede un poco de paciencia para mí y un trozo de mi en tu hermoso corazón.




Te necesito, porque lo único que me queda después de ti, es escribir a oscuras y tragarme el whisky con las lágrimas, gota a gota. Hasta caer rendida a la noche.
La única esquina de esperanza que me queda, es que alguno de estos días, veas aquí, en cada palabra un te quiero, en cada espacio un lo siento y en cada coma un por favor, vuelve.



miércoles, 12 de octubre de 2011

Podrán cortar las flores, pero no detendrán la primavera.
Pablo Neruda.
Si la vida es muy perra, lanzale un hueso.
Que pueden cortarte las alas, pero no por eso dejarás de volar.
Quizás no se cumplan tus sueños, pero no por eso dejarás de soñar.
Nunca se ha logrado nada sin esfuerzo, sin sudor y lágrimas.
Y quizás cuando te caigas, no quieras levantarte, pero después de llegar al fondo del abismo, solo queda subir.
Pueden arrancarte de un golpe los sueños, pero jamás dejes que te quiten la esperanza.

Somos dueños de nuestro destino, capitanes de nuestra alma.
Winston Churchill.
No dejes que el mundo juegue contigo, demuéstrale lo fuerte que puedes llegar a ser,
demuéstrale que eres casi invencible.
No te dejes abatir, el mundo entero contra ti, y tú de pie ante él, confía siempre en ti.
Que nadie te quite lo que tú te has ganado, que nadie va a darte lo que solo tú puedes conseguir.
Sonríe y no dejes que todos los demás vean que todo esto ha podido contigo, sonríe hasta que duela.
Sonríe aunque no puedas, sonríe aunque tengas los ojos rojos, niegale al mundo que eres infeliz.
Persigue siempre tus sueños, nunca dejes de intentarlo, la esperanza es lo último que se pierde.


Si puedes llegar a través de la nieve, la tempestad y la lluvia, sabrás que podrás llegar cuando brille el sol y todo esté bien.
Malcolm X.

En la noche oscura, después de la luna.

¿Es normal acostumbrarse a tener pesadillas?
Duermo, y solo recuerdo que el miedo se huele en el aire, que la tensión se puede cortar, recuerdo gritos, recuerdo noche, recuerdo huidas, recuerdo saltos al vacío, recuerdo la impotencia, recuerdo las lágrimas mojándome la cara, recuerdo el cielo sin estrellas, recuerdo el dolor, recuerdo ira, recuerdo que me falta el aire, recuerdo casas abandonadas, recuerdo el ruido de las pisadas tras de mi, recuerdo como me hundo, recuerdo sentir la muerte cerca, recuerdo la desesperación, recuerdo pavor, recuerdo el dolor, recuerdo algún fantasma, recuerdo algunas escaleras que nunca acaban, recuerdo un espejo tembloroso, recuerdo que me pesa el cuerpo, recuerdo que la voz no me sale, que no puedo abrir los ojos, recuerdo la desesperación, recuerdo el fuego, la lluvia, recuerdo el alma retorcerse dentro de mi. 


Me despierto como siempre, sin gritos ni lágrimas, y a veces dejo que el sueño siga después de matarme. ¿Es posible que me acostumbre a tener pesadillas, noche tras noche?

domingo, 9 de octubre de 2011

Siempre llueve y hace frío, pero es mi lugar favorito♥.

Quisiera estar allí.
Sé que nunca quiero ir, me gustaría decirles porqué sin echarme a llorar, pero cómo sería incapaz, se lo digo a una página en blanco, con la esperanza de que algún día lo lean. No quiero ir,nunca, pero siempre acabo volviendo, y entonces pasa, soy feliz, allí siempre soy feliz, es mi edén, mi cielo, mi santuario. 
Cuando estoy allí, no puedo sentirme mejor, y entonces tengo que volver, del lugar del que soy, al lugar en el que vivo. Creo que nunca entenderán muy bien esto, porque ellos, todos ellos están siempre allí. Del lugar del que son, con la gente que quieren. Y yo de ser feliz en mi edén, sin comer manzana maldita, sin cometer pecado alguno, simplemente por juegos del azar, me toca volver. Y nunca quiero, querría quedarme allí. Toda la vida. Pero tengo que volver y siempre que vuelvo llueve, cuando era pequeña pensaba que el cielo lloraba porque me echaría de menos, porque me voy a un lugar al que no pertenezco. Y por el camino, los hermosos lagos, se convierten en ríos secos, los grandes bosques, las montañas, en un árido desierto, el cielo deja de enseñarme una limpia lluvia a llover un sucio barro. Y mientras yo solo puedo esperar a volver pronto y sentir otra vez que estoy dónde me pertenece.
Que estoy dónde se me quiere, dónde hasta los árboles me llaman, y la vida es diferente.
Así que la única razón que tengo por la que no quiero nunca ir, es porque siempre tengo que volver.
La única razón por la que nunca quiero ir, es porque les quiero, y me duele, tener que volver.

¿Por qué la luna solo se deja ver por la noche?

Antes de dormir me quito la máscara que me tapa del resto de los demás y salgo a observar la Luna. Noche tras noche, por muy cansada o bebida que vaya. Noche tras noche la soberbia e increíble Luna me observa como a una insignificante hormiga. Cada noche me quito la máscara e intento ser yo misma ante ella, porque es la única a la que no le puedo mentir. La única a la que no le puedo decir, estoy bien. La única a la que no le puedo decir, si, es lo justo. Y no, no lo siento. 
Su belleza me hipnotiza, me agarra y hace que no pueda dejar de mirarla. Noche tras noche salgo a verla, a escondidas, la necesito es nuestro secreto. Ella me mira sin importarle quien soy, me mira como si fuera un espejo, y no me reprocha nada, ella me mira y sabe quien soy. Y yo solo me dejo hipnotizar, me dejo llevar a veces cierro los ojos y la observo desde a dentro. Y todo se va, se esfuma, y estoy tranquila, la luna consigue que me acepte, y sin ella quizás nunca pudiese quitarme la máscara. 
Sin la luna, quizás nunca pudiese llegar a ser yo misma.
Es tan bella que no puedo dejar de admirarla, me encantaría atraparla y quedarme con ella, para siempre.

lunes, 3 de octubre de 2011

Todo aquello que nunca te dije♥

Jamás podré conseguir que los días dejen de pasar, que en el mundo deje de haber hambre, y que cuando muera alguien, el resto llore. No puedo impedir que llores cuando estés a solas, no puedo impedir que vivir te duela, no puedo impedir que sonreír te cueste, ni puedo impedir que tengas ganas de beber hasta caerte muerta en un pico esquina. No puedo impedir que sufras, porque vivir es sufrir. 
No puedo ayudarte a que le dejes de querer, ni puedo enseñarte a como perdonar, ni siquiera puedo convencerte de pedir perdón, apenas podré hacerte sonreír cuando te duela el alma, no puedo asegurarte que te comprenda, ni que voy a estar ahí siempre que me lo pidas. Ni siquiera puedo prometerte que te haré la vida más sencilla y los días más cortos.
No puedo hacer nada más que quererte, quererte con todo mi corazón y mi alma. Quererte desde que empieza el día hasta que acaba la noche, quererte y quererte, y esperar que eso te valga, para sonreír, para no sentirte sola, para perdonarme y para pedirme perdón, que eso te ayude a sufrir menos, a que confíes en que te cure las heridas del corazón, que me ayude a comprenderte y a que me comprendas, a estar ahí sin que me lo pidas, y aunque quieras que me vaya. Solo puedo esperar que quererte hasta que me duela, sirva para que la vida te duela menos a ti, a que los días no te hagan daño,y las noches llorar, espero que eso me sirva para que me quieras, y hacerme a mí algo más feliz.


 Yo te miré a los ojos
  cuando era niño y bueno.
  Tus manos me rozaron
  Y me diste un beso.

      Y se abrió mi corazón
  Como una flor bajo el cielo,
  Los pétalos de lujuria
  Y los estambres de sueño.

      En mi cuarto sollozaba
  Como el príncipe del cuento
  Por Estrellita de oro
  Que se fue de los torneos.

      Yo me alejé de tu lado
  Queriéndote sin saberlo.
  No sé cómo son tus ojos,
  Tus manos ni tus cabellos.
  Sólo me queda en la frente
  La mariposa del beso.
Federico García Lorca.

  

Las heridas del alma¿Cómo se pueden curar?