Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

domingo, 10 de enero de 2016

Si te crees pájaro, podrás sentirte volar.

Preocúpate tú, que tienes ganas. Preocúpate tú, que tienes tiempo.
Que a mi me quema la garganta de cantar tan fuerte, las alas de volar tan alto.
Que ni me importa ni quiero que me importe, que estoy ocupada en ser libre y llegar a la Luna, en creerme pájaro y en sentirme pez. 
Que lloren otros que se mueran de envidia y de miedo, que ellos son los que no tienen tiempo de vivir y después se desviven con los años.
Que no me importa, que hablen, que peleen que yo sigo buscando la estrella más brillante.
Sígueme si quieres, acompáñame si puedes, te allano el camino si lo necesitas pero no te obstaculices, pero sobre todo no me intentes obstaculizar a mí.
No me temas, no muerdo. Bueno, no siempre.
¡Vamos! Tú también puedes, baila tu propia canción, escribe la letra que hay en las yemas de tus dedos, encuentra la estrella que buscan tus ojos cada anochecer. 
No temas, no queman, bueno, no siempre.
Preocúpate tú si quieres, pero no esperes que me importe preocuparme.
Yo estoy en otro universo, en otra dimensión, lejos del qué dirán y del qué me importa menos. A millones de galaxias de esos que intentan ponerte trabas, volando entre nébulas gaseosas que se destruyen para convertirse en estrellas.
Volando hasta que se me caigan todas las plumas de estas, mis alas.


Huye de mí, tú que puedes.

No preguntes que me pasa, ahora que estoy rompiendo todo lo que hay en esta maldita casa.
Perdóname, coge mi tarjeta de crédito, es toda tuya, (si es que todavía le queda débito).
No puedo hoy, hoy que mis demonios tienen mi cuerpo y mi alma. 
No me hagas hablar hoy que me cuesta respirar sin tu aliento.
Perdóname por no ser todo lo que te merecías que fuera, te prometo que me duele tanto que ningún puñal en el corazón me haría sentirme menos viva.
Hoy que estoy loca. Loca de atar y medicar.
Loca porque no sé vivir, loca porque me desvivo (por ti).
Grítame hasta hacerme llorar, ¡No tengas piedad de mi corazón! Que los callos le protegen.
No me perdones, que no lo merezco, que un pirata no pide perdón por ir arrasando y atracando cada puerto que pisa. Que no me he tomado ni las pastillas para dormir.
Me tiembla el alma, me repiquetean los dedos.
¡No te acerques!
Aléjate de mí, que no quiero hacerte daño.
Que el rojo parpadea con el negro, que ni pienso ni dejo de pensar. (Otra vez, tú me dirás).
Que no hay droga lo suficientemente fuerte para rehacerme. (Otra vez, tú me dirás).
Que mis sueños son muy negros, que mis pesadillas son mis sueños.
Vete, aléjate de esta alma oscura y sangrante. Que no quiero pegarte mis colores.
Y si me perdonas, ódiame siempre más de lo que me quieras.
Joder, si es que mi corazón está tan burdeos que se me salen los demonios. ¡Qué es culpa mía! Tus miedos, tus asesinos, tus dolores y tus ensangrentados ojos. Que no merezco ni tus caricias, ni tus golpes.
Por favor, grítame tan fuerte que no te pueda ni oír.



Huir.
Huye de mí, no mires atrás.
Yo me iré lejos, no necesito el dinero, no merezco tu amor.
Dame una pistola, ya haré yo el resto.
Me quitaré la bala del pecho y dispararé a mis ojos, que mueran en la oscuridad de estas, mis pupilas.

Me llaman caos.

Subo al coche, bajo las ventanillas hasta hacer tope, acelero sin mirar atrás, cambio de sentido en mitad del carril y grazno al ritmo de TNT de AC/DC.
No voy a llorar por tener más problemas de los que puedo recordar, no me entristece que en las películas haya menos acción que en mi diario.
Entro al bar y el camarero chilla mi nombre ¡Ronda gratis para todos!
Ya saltaré para pagarme las copas, ya robaré alguna cartera, ya huiré por alguna ventana diciendo que hoy soy legal y me salgo a fumar.
Soy un caos. No un caos que sube y que baja, no un caos lineal que se pueda contar en un sólo día, ni uno que se resuma con una película de Tarantino.
Un caos extremo, absurdo e impulsivo.
Un caos que gira y gira hasta tropezarse consigo mismo.
Un caos consentido y temerario.
Un caos de labios rojos y partidos, de drogarse sin drogas y matarse sin armas, de amarse sin quererse y follarse en soledad. De despertarse vomitando sin haber bebido más de tres vasos de agua, (con ginebra, con vodka, ¿Con whisky?), ¿Quién sabe, si no recuerdo nada después de levantarme?
De mirar a tu derecha y preguntarte ¿Pero y tú, quién cojones eras? Y estar frente al espejo.
De recoger tu ropa y que sea el viento quien tenga que recordarte tu nombre y dónde guardaste tus bragas.
No hay días, ni noches, sólo historias que se entrelazan como un disco de rock and roll intentando contar una misma historia que apenas se llega a entender por canciones.
Que alguien me diga a quién le robe el coche ayer, que yo ni siquiera me saqué el carnet.
Oh, ¿Por qué me encuentro tan jodidamente bien cuando estoy mal?
Un caos digno de contar antes de que el siguiente me lo haga olvidar.
Un jodido caos, que busca hasta los problemas que no le quieren encontrar.