Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

lunes, 25 de febrero de 2013

La vida no te hace nada que no puedas superar.


Es más fácil olvidar que perdonar, creo yo que es porque es mas fácil huir que enfrentar. 
Es mas fácil poner betadine en la herida y dejarla mal curada que poner alcohol y que duela hasta sanar.
Es muy difícil enfrentar los problemas cuando al mirarte al espejo estás lleno de heridas mal curadas y no sabes por cual empezar. Mientras unas te atraviesan el corazón y otras solo rozan tu pecho.
Es muy sencillo creer que el tiempo lo cura todo sin palabras, sin actos, solo.
Es muy sencillo y muy erróneo.
Es muy estúpido creer que gritar y olvidar, es enfrentar un problema.
Es muy iluso creer que la distancia y olvidar, es terminar un problema.
Pero ponerse enfrente de alguien que te ha hecho daño, que le has hecho daño, que te ha cortado la piel. Es muy difícil.
Perdonar duele mucho, y por eso dejamos las heridas mas fuertes creciendo hasta que se hacen insostenibles y te vuelven a hacer sangrar sin parar. 
Pero quizás ya sea demasiado grande para perdonar una herida así.
Sé que no debo dejar crecer mis arañazos, y no debería empezar por los rasguños. Pero perdonar no solo duele, quema al orgullo y necesita una valentía de la que carezco y una fuerza que ahora mismo no poseo. Que el mundo bendiga a aquellos que tienen el coraje de perdonar de corazón. 
Sin rencor.

Esconderme en cada parte era mi manera de afrontarlo, ahora también sé huir.

sábado, 9 de febrero de 2013

A veces, y sólo a veces.

Que el whisky no se entere, pero a veces, cuando no estoy con él pienso en ti.
En tu inmensidad, en tu luz y en tu recuerdo.
Esto es un secreto para la luna. A veces, te echo de menos, todavía.
No es a ti, sino al pasado, al momento en el que nuestras almas jugaban juntas por la noche a ser felicidad.
Quien eres hoy no lo sé, pero sé quien eras, y esa persona ya inexistente, de vez en cuando me hace falta.
Y me apetece buscarte por los rincones de este mundo hasta encontrarte, me apetece susurrarte que vuelvas y escucharte. Y entrelazar nuestras palabras formando nidos de complejidad, creando estrellas en el cielo. 
Eras mi magia, y me siento un mago sin poderes, a veces.
No hace tantas lunas que hacías brillar mis trucos, no hace mas de mil whiskys que estábamos observando el mar inundando nuestro mundo.
Y a veces, suspiro, y se me escapa un trocito de ti, de lo que nos llevamos el uno del otro.
Y me aterra olvidar que algún día, que hubo una vez, que hace un tiempo, que el sol nos vio queriéndonos bajo sus rayos y que yo entonces era feliz así. Cerca de ti. Y a veces, quiero volver a serlo, pero no, tú no eres aquel ni yo soy aquella.
Hoy día mi amigo es el whisky y mi amor la luna llena.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Todo empieza con un sueño.

Me grita una rana que cría cuervos qué cómo hago tales locuras, fumarme un sandwich y beberme un cigarro. Me dice la gaviota que vuela en picado contra el suelo violeta, que en qué pienso al nadar por los ríos secos.
Me canta la ardilla y me toca la guitarra el grillo, me susurran al oído que no, que no sé volar, que me faltan alas hasta para amar.
¿Acaso sueña el mar con los besos del cielo? ¿Acaso desean los gatos bucear? ¿Acaso suspira el aire por acariciar al dragón? Y, ¿Por qué tú sueñas con volar, con besar unos labios que no te pertenecen y con tocar las estrellas? 
Me lo ha escrito en el cielo el buceador.
¿Y por qué no puedo soñar, por qué no sé pueden cumplir mis sueños? 
¿Acaso tú no estás escribiendo en el cielo, por qué yo no voy a poder tocar las estrellas algún día?
Sueñan los valientes, los locos y los tontos.

martes, 5 de febrero de 2013

Majaderías

Dejo mis huellas en la arena, 
me espera el soldado de las estrellas.
Me lleva a ese lugar,
dónde nadie puede llorar ni gritar.
Dónde las rosas solo tienen sabor,
pero todo huele a rosas perfumadas.
Perfumado está el aire con su sabor,
sabor a chocolate, a delicias exóticas.
Exótico está el cielo color marfil y esmeralda.
Esmeralda son los ojos del soldado.
Amarrando al mar mis perlas de antaño,
aspirando la esperanza en los semáforos
semáforos en ámbar, púrpura y esperanza.
Y recrean a la luna en el cielo en alabanza.
Corre un pez por encima de mis dedos,
y acaricia mis sinsentidos de extremos.
También llueve en el paraíso perfumes perfumados.
Es dorado, brilla en la boca del gato.
El gato sube al tejado de nieve, y,
hace volar a la paloma.
Saboreo el mar dulce como la miel
bajo mis ojos se funde con mi piel.
El soldado me sonríe, sonrisas tristes,
vayamos a perder canguros por las montañas,
que es un planeta pequeño y está lleno de mares.
Yo quiero ir con el soldado a las estrellas,
y sarcástico me responde que ya estoy en ellas.
Me dejo llevar por la brisa y la brisa se deja llevar,
caminamos de la par, escribiendo sin nadar.
Nadar por los pensamientos solteros,
y que con un poco de sal, nos harán de oro.
Él, soldado, fue mi mayor tesoro.