Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

lunes, 26 de noviembre de 2012

Y sé que estas ahí en alguna parte de este oscuro mundo.

No sé de dónde vienes ni adonde vas.
No conozco ni tus mejores sonrisas ni tus peores lágrimas.
No conozco ni tu voz ni tus besos.
No sé en que parte del mundo estás.
Ni en que parte del mundo desearías estar.
No sé siquiera si hablas con mis mismas palabras.
No sé porque lloras, ni porque disfrutas.
No sé como es tu imagen en un espejo.
Y jamás he notado el roce de tu piel.
Pero no importa.
No importa porque estás ahí, en alguna parte de este mundo y yo lo sé.
Ojos de mar, ojos de cielo, ojos esmeralda o, quizás, ojos azabaches.
No lo sé, ni me importa. Porque sé que estás ahí, en algún lugar esperándome  aunque no sabes que yo soy yo. Sabes que me quieres, como yo te quiero a ti. Aunque no sé que tú eres tú.
Pero cuando te vea, cuando conozca el sonido de tu voz, tus secretos más oscuros y tus deseos más imposibles sabré que eras tú. Al que buscaba. Al que temía. Al que esperaba. Y sabré que eres tú, lo más perfecto que hay en este mundo para mí.
Todos tenemos a alguien para nosotros ahí fuera. Solo hay que saber esperar.

domingo, 25 de noviembre de 2012

La bestia que habita en mi interior.

Negro y rojo.
Sangre y odio.
Una bestia negra y de ojos rojos.
Una bestia que me pega mordiscos desde dentro, que crece y explosiona.
Una bestia que hace que me revuelva, que me conoce mejor que yo.
Una bestia que me recorre entera y me hace palpitar rojo y negro. 
Fuerte y oscuro.
Tiemblo, ardo.
Y todo se me nubla.
La bestia es más fuerte que yo.
Y cuando tiene hambre no para hasta devorarme.
Me posee, y yo soy su marioneta.
Y solo cuando duerme me doy cuenta.
Negro y rojo.
Así lo veo todo.
Y no recuerdo nada.
Mis ojos oscuros tiemblan.
Mis manos heridas tiemblan.
Mis miedos crecen, y la bestia se alimenta.
La noto aquí, dentro de mi.
No me deja respirar.
Esta creciendo.
Y ahora solo soy negro y rojo.
Me tiembla la voz.
No es el miedo.
Es el odio.
No es oscuro, es rojo.
Me desgarra las entrañas.
Y hace que odie mi existir.
Hace que solo exista el negro y el rojo.
Me cuesta respirar.
Está ascendiendo.
Me cuesta ya pensar.
Está creciendo.
Y que nadie, nadie me pueda salvar.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Miedo a perder, sin haber perdido, sueños no conseguidos.

Sé que es más fácil rendirse, que es más fácil obedecer a las pasiones que a la obligación. 
Que es más fácil cometer pecados que ser un santo.
Lo sé yo, y lo sabemos todos.
Sé que es más fácil llorar y compadecerse, sé que es más fácil decir que no sé puede a luchar como un valiente.
Sé que es muchísimo más sencillo ir por el camino que nos dictan que luchar por el nuestro propio.
Más fácil es que luchen nuestras luchas y que pierdan otros nuestras guerras.
Sé que es más fácil soñar, que intentar cumplir un sueño.
Pero ¿Acaso no sueñas por qué desearías que se cumpliera? Acaso y corrígeme si me equivoco ¿No estás deseando ser esa persona con la que sueñas, la que tanto ha luchado por conseguir su vida, la que tanto ha conseguido? Y ¿No vale eso la pena? ¿No quieres retorcerte de placer sabiendo que has conseguido ser quien eres, que puedes ser quien quieres ser? Que no eres débil ni cobarde, que solo era un descanso, que puedes luchar como todos los valientes, ¡Incluso más! Que puedes conseguir lo que te propongas, acaso, ¿No quieres sentir el éxtasis de vivir en un sueño?
Nada que valga la pena es fácil.
Nada que valga la pena no te hará llorar.
Porque la vida es una guerra y el que menos lucha es el que menos consigue. 
Llorando pierdes, sonriendo ganas.
Si te levantas, no un día, si no todos, conseguirás aquello que quieres, no lo tendrás mañana pero si dentro de unos años o quizás, muchos, pero lo tendrás. Pero ¿No vale más tarde que nunca?
A mi me han enseñado que todos tenemos un propósito en la vida, estamos en la vida por algo y diciendo que no puedes, créeme jamás podrás. 
Que tu vas al precipicio pero el precipicio nunca va a ti.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Los ojos azabaches por los que tengo que beber.

No es que quiera hacer sufrir a mi corazón, es él que se empeña en hacerme recordarlo.
Cansada de besos vacíos que no hablan y solo hacen ruido.
Cansada de noches de soledad y vacío.
Y el recuerdo quema en la herida, quema en cada beso, en cada roce de una piel que no es la suya.
El despertar del sueño cuando al susurrarme al oído cualquier desconocido no oigo la voz que le dono un ángel a él. Cuando beso unos labios que no saben a cielo, saben a miel, a frutas, a pasión, a podría quererte. Pero no a cielo. No son sus labios.
Y podría pasar cada noche de mi vida buscando otros ojos azabaches que me miraran con la misma intensidad, que tuvieran la misma fuerza, el mismo poder. 
Y podría pasar cada madrugada probando alcohol para ver si encuentro el sabor de sus labios.
Podría llorar cada noche que no sigue a mi lado, podría abrazar mi almohada en la soledad e intentar oler su aroma. 
Pero es inútil, no hay otros ojos azabaches, ni el alcohol sabrá nunca a cielo y jamás recuperaré su aroma, ni su tacto ni su voz.
No es que quiera hacer sufrir a mi corazón, es él que se empeña en hacerme recordarlo.
Yo le puse una coraza a mi corazón, el creo una llave y la abrió. 
Le fue tan fácil como el respirar.
Y ahora no sé puede, no sé puede cerrar. Se llevo la llave y nunca lo cerro. 
El alcohol sirve para las heridas del alma, pero no es suficiente para las del corazón.
El me miro a los ojos, de azabache a café, y me dijo la verdad.
Y eso fue todo, desde entonces mi corazón palpitaba a un ritmo y mi cerebro bombeaba a otro.
Ni siquiera el whisky mas fuerte puede hacerme olvidar que no lo volveré a besar.
Puedo soñar que dios me lo trajo a mí y al despertar recordaré que soy agnóstica.
Puedo soñar con su voz y al despertar intentar recordarlo hasta la desesperación.
Puedo seguir buscando otros labios, otros ojos y otra perfección, pero al soñar, soñaré con él.
Puedo recordarlo como si estuviera aquí, pero nunca podré volver a tenerlo.
Ten cuidado con lo que deseas, se puede cumplir.

sábado, 3 de noviembre de 2012

Y mientras él tan café con miel.


Sus ojos eran sabor café. Mientras que otras personas son diferentes porque su interior se transforma por fuera, que son transparentes. 
El era misterio. 
Sus ojos eran misterio.
Su mirada se te clavaba como un cuchillo en el alma y el dolor te dejaba inmóvil. 
Sus ojos eran oscuros y escondían un fuego que llenaba toda la atmósfera, desprendían un calor palpable, que te rodeaba y acariciaba con una pasión desmedida.
Sus ojos eran adicción, tenían el poder, eran cálidos y reconfortables.
Sus pómulos eran como pintados, y te hacían creer que el mismo dios los había estado perfilando, con un rojo natural y perpetuo que le pertenecía tanto como sus ojos oscuros.
Sus labios eran como dos nubes, y besarlos, como besar el cielo.
Tenía el pelo azabache más brillante que el de un puma, y parecía que pudieras convertirte en un animal salvaje y perderte en ese bosque oscuro.
Su piel era color miel, color caramelo. 
Y su voz te hacía tiritar porque era demasiado perfecta, tu alma se estremecía al oírla, un ángel le había donado su voz, que te abrazaba con cada palabra y te acariciaba con cada susurro.
Era perfecto.
Para mi lo más perfecto que mis ojos pudieran permitirse ver sin que se le quemaran las retinas.
Lo más perfecto para mis ojos guiados por mi corazón.
Y su interior, era tan complicado, tan azabache y café, tan perfecto, que jamás tendría palabras para describirlo. 
No existen palabras suficientes que describan lo que me hacía sentir. 
Describir su alma solo haría sufrir a la mía. 

Secretos que dan miedo.

Guardar un secreto triste como una noche sin estrellas, como un cielo repleto de nubes que lloran sin cesar.
Guardar un secreto que te pellizca por dentro y hace aguas los pensamientos.
No es un secreto de los que no se cuentan y se olvidan, de los que permanecen escondidos y aparecen en los días de incertidumbre y pesadillas.
Es un secreto de los que se guardan por un tiempo, de los que tienen que pasar a ser públicos, es un secreto de futuro. 
Y los secretos de futuro son los terceros mas tristes. 
Están los de las pérdidas de personas, los de la pérdida de amor y dejar de querer y en tercer lugar los de futuro. 
¿Por qué? Porque no se pueden ignorar. Por eso.
Me abrazo al trocito de mi que esta materializado, que me hará añicos en mi futuro, y me rasga la piel, y siento que debería grabarmelo con fuego en las entrañas para no olvidarlo nunca. 
Mi secreto ¿me apena o me asusta? No lo sé muy bien, quizá todo y nada. Por curiosidad, por temor, por nostalgia, por ambición.
Quiero hacerle el amor a mis recuerdos. Para que así, nunca los pueda olvidar. Para que sean diferentes y porque me han enamorado.
No me gusta la soledad, y cuanto mas grande es el lugar mas se nota la ausencia. 
No sé quien soy sin mi.
 Mi secreto me hará guardar otros. 
Y odio guardar secretos, me consumen. Yo soy así y ¡quiero gritarlo! 
¿Dónde termina el secreto y empieza la mentira?
Pueden hacerme sangrar pero llorar solo me harán llorar mis recuerdos. quizás se piensen que son sus heridas. Malditos ilusos. Mi alma ahogada de tristeza no piensa en heridas de sangre, solo en heridas de corazón.