Adoro ese bosque, tiene ese olor fresco y cálido. Esa sensación que te inunda y te agudiza los sentidos, te anonada la belleza de los árboles, fuertes, altos, esbeltos. Vivos. Esa sensación que tienes al oír cualquier ruido y girarte con la esperanza, pero con el miedo de encontrarte cualquier animal. Vivo. Te hace sentir parte de la naturaleza. Te hace desconectar del mundo mundano y ruidoso. Para limitarte a oír al viento moviendo las hojas de los árboles, las pisadas de los animales y el sonido del silencio.
Me encantaría perderme allí y no volver aquí jamás. Allí me siento bien, parte de algo bueno. De algo vivo y con vida.

Me encantaría cogerte de la mano, no soltarte jamás y que me llevaras a las profundidades del bosque, desde el primer día de invierno hasta el último de verano. Me encantaría mirarte a los ojos a luz de las estrellas y besarte mientras nos mira la luna llena. Despertar junto al sol y junto a ti cada día, abrazarte cada vez que llueva, desnudarte cada vez que haga calor y taparte cada vez que haga frío. Me encantaría perderme en la naturaleza, siempre y cuando tú, vengas conmigo.