Diane Setterfield
Nací un día en el que nadie era quien parecía ser, nadie era quien creía ser y algunos creían ser por segundos que eran otras personas o monstruos. Pero nadie era quien decía ser. Nací en un día lleno de máscaras, escondidos de su persona real, mostrando que podrían ser personas diferentes, autoconvenciendose de tener otra vida que no es la suya, para quitarse la máscara por la madrugada y olvidar que tienen el poder de cambiar. Yo nací un día perfecto para no olvidar nunca que podré ser siempre cada máscara que quiera ponerme, ya sea real o un fantasma.
Nací un día frío los pobres temblaban debajo de un puente intentando hacer fuego y calentandose por dentro con whisky. El cielo no lloraba como llora siempre cuando llueve, el cielo lloraba nostalgia, lloraba felicidad, lloraba nieve. Nieve que congela la circulación y a la vez ayuda a sentirse vivo.
Nací sola una noche que nunca se sabrá bien de que día, medianoche. Hay negro y blanco, y yo nací gris.
Nací en silencio y llore por primera vez delante de todo el mundo, no recuerdo como me sentí pero se perfectamente que supe que no quería volver a llorar delante de nadie.
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