Prefiero que me ahogue mi orgullo a que me asfixie tu indiferencia.
Prefiero trasnochar en otras camas, prefiero saltar por las ventanas y sólo conseguir dormir alcoholizada a soñar de nuevo con tus besos y tu piel.
¡Prefiero no saber querer a quererte a medias!
No duele tanto, mi corazón tiene callos y hasta el fuego de tu mirada tarda en quemarle.
No puedo más, prefiero estar con alguien que no me guste a estar con alguien que quiera, no vuelvo a buscar, no vuelvo a dejarme llevar, no quiero más unos besos con sentimiento. Nunca más haré el amor, sólo haré la guerra. Me volveré una guerrera y olvidaré a la amante, aprenderé a usar la espada y el escudo y olvidaré como se cuidan las heridas y se dan los besos de buenos días.
Me olvido, de volver a soñar con alguien despierta, me olvido, de la sensación de querer, de la felicidad de latir a la par y de los besos que suenan a música de jazz.
Aprenderé, a cabalgar un caballo y escudarme del fuego enemigo, a huir de los malos y esconderme en las trincheras cuando haya una rebelión.
Me olvido de quererte y ser valiente, y aprenderé a ser inteligente.
Buscaré sólo enjambres de abejas en la vagina que sepan hacer miel pero que no sepan subir y convertirse en mariposas.
Seré, como siempre he sido y tanto me han recriminado, una chica que sólo quiere que le tiemblen las piernas y no las manos.
Seré todo lo que este lejos de ser algo que pudiera estar cerca de ti.
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