Que el whisky no se entere, pero a veces, cuando no estoy con él pienso en ti.
En tu inmensidad, en tu luz y en tu recuerdo.
Esto es un secreto para la luna. A veces, te echo de menos, todavía.
No es a ti, sino al pasado, al momento en el que nuestras almas jugaban juntas por la noche a ser felicidad.
Quien eres hoy no lo sé, pero sé quien eras, y esa persona ya inexistente, de vez en cuando me hace falta.
Y me apetece buscarte por los rincones de este mundo hasta encontrarte, me apetece susurrarte que vuelvas y escucharte. Y entrelazar nuestras palabras formando nidos de complejidad, creando estrellas en el cielo.
Eras mi magia, y me siento un mago sin poderes, a veces.
No hace tantas lunas que hacías brillar mis trucos, no hace mas de mil whiskys que estábamos observando el mar inundando nuestro mundo.
Y a veces, suspiro, y se me escapa un trocito de ti, de lo que nos llevamos el uno del otro.
Y me aterra olvidar que algún día, que hubo una vez, que hace un tiempo, que el sol nos vio queriéndonos bajo sus rayos y que yo entonces era feliz así. Cerca de ti. Y a veces, quiero volver a serlo, pero no, tú no eres aquel ni yo soy aquella.
Hoy día mi amigo es el whisky y mi amor la luna llena.
Me encanta aveces el wihisky es mejor que el
ResponderEliminarMuchas veces por desgracia cualquier cosa lo es, y si ayuda a olvidar pues mejor.
EliminarMe encanto tu texto. Muchas veces el whisky le da mil vueltas a otra gente que podriamos tener ahi en su lugar. Pasate cuando quieras por mi blog =) Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, tienes razón el alcohol puede hacer cosas que no pueden hacer todas las personas. Ahora mismo me paso.
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