Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

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jueves, 31 de octubre de 2013

Si veo una estrella fugaz yo solo le pido que todo salga bien.

Me levanto pero no me despierto, con el olor del café pegado a la piel como el pegamento. Una noche movidita, no recuerdo si he soñado o todo esto ha sido real.
Consigo despegar los ojos pero no logro ver, a ciegas con la yema de los dedos busco las pastillas de la felicidad, me meto dos de golpe y me tumbo en el suelo frío y sucio suelo, como el suelo de un piso de vacaciones de verano que ha sido abandonado durante todo el frío invierno, saboreo el tiempo y las pastillas bailan por mi boca deshaciéndose como un bombón de licor. 
El pecho me revienta de dolor, el estómago me grita furioso y la cabeza me da mas vueltas que un tiovivo.
Ya no me queda nadie en la ciudad de luces. Ya no queda nadie en ninguna parte, para que mentirnos. 
Todos los que me odian están vomitando su alma en una papelera apoyados en una pared llena de insultos y penes con ojos. Y los que me querían ya no se acuerdan de mi nombre.
Me arrastro por el suelo como un perro, aunque un perro merece mas respeto que yo, sin abrir los ojos reconozco a mi botella de etiqueta negra y trago y trago hasta que me arde la garganta y salen lágrimas de alcohol por mis ojos oscuros.
Me levanto, pero solo para volver entre mis sábanas, hasta que mis medicinas me hagan efecto, hasta que deje de oír a mi estómago rugiendo y a mi pecho llorando.
Pasan los minutos que se me hacen horas y una calma inunda todo mi ser, me siento flotar, me encojo boca arriba y pienso en que estoy en el espacio, todo negro y brillante, meciéndome las estrellas y cantándome la Luna una canción de esperanza y amor, y me siento caer al vacío, me siento un pájaro aprendiendo a volar, aunque no dejo de caer. 
Y después de soñar, puedo levantarme a coger con fuerzas otro día mas en esta asquerosa ciudad, abarrotada de derrotas y perdedores, abarrotada de tristes y enfadados, llena de ojos rojos y sonrisas caídas, gritan, pero yo ya no les escucho.
Pasan los días, y yo solo pido, que todo esto salga bien.

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