Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

miércoles, 22 de enero de 2014

La niña del corazón de fuego.

Es una historia mas antigua que el tiempo, cada página escrita ha marcado uno de mis poros hasta hacerse con cada rincón de mi piel.
No puedo creer que haya llegado el momento de contarla, porque contar una historia implica que ha tenido un final, siempre supe que llegaría este día pero nunca quise imaginármelo.
Ahora esto solo serán cuatro, o cuatrocientas páginas ilegibles, incomprensibles de una mamarracha que en su último aliento, como legado al mundo, demostrando su narcisismo quiere dejar en algún rincón esas cuatrocientas páginas llenas de garabatos y olor a whisky barato.
Esta historia es tan antigua que ni siquiera recuerdo la vida antes de ella.
Nunca había sentido tanta rabia, tanto rencor, tanto dolor, tanto odio. 
Y mi interior sigue masticándolo como un chicle enorme que se ha pegado a mi tirante alma desgastada.
***
Jamás he querido a alguien mas que aquella niña con el pelo y el corazón a juego. Con los ojos y el alma oscuros como la noche. Jamás había sentido hasta aquél día que mi vida tenía sentido, creía que iba sin rumbo, que había nacido para ser el obstáculo y la superación de otros y no, nací para salvarla.
Lo supe en cuanto me sonrío con sus labios del color de sus mejillas y una parte de mi se enterneció por primera vez en la vida, o en mi limitada memoria, así lo creí. 
Fue culpa de esa humanización, de ese enternecimiento por lo que mi historia llegó a tener un final, porque poco a poco cada vez fui aprendiendo a querer, y elegí querer a ese anochecer eterno que era ella, y por eso la he querido, la quiero tanto, porque veo la luna en sus ojos por el día y ni siquiera necesito beber.
Noto a mi cerebro sonreír, es como si hubiera nacido de mis entrañas, de mis sueños, de mis temores, de mis poesías. Como si alguien hubiera leído mis poesías, y la hubiera creado a su semejanza.
Aquella niña, era solo una niña asustada, que me necesitaba como nunca nadie me había necesitado.
Qué se le va a hacer, mi egoísmo siempre se ha apoderado de mi, y solo quería que me necesitaran, y ella nunca dio un paso sin preguntarme.
Yo era todo lo que ella tenía, y pronto ella fue todo lo que yo quería tener.


No hay comentarios:

Publicar un comentario