Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

domingo, 16 de marzo de 2014

Y como me miraba el mar cuando me despertaba en él.

Tenía un timón de roble macizo, que resistía hasta las más fuertes lluvias. 
Tenía una vela mayor que cuando el viento rugía nos creíamos tan veloces como los aviones.
El cobre adornaba nuestros cañones, y una sirena de bronce reinaba en nuestra proa.
No estaba secuestrada, era libre y la dejábamos elegir el destino, las paradas, las direcciones y los sentidos.
Recuerdo los días en los que el mar bailaba muy fuerte y acababa pisando los pies de su pareja el cielo, mientras los demás luchaban por el bienestar del barco, nosotros nos escondíamos en la bodega, nunca fuimos unos piratas muy bravos.
Recuerdo con amargura cuando echábamos el ancla, porque significaba que abandonaba aquélla joya del mar durante unos días, aunque a veces, unas horas bastaban.
Tengo que decir que solía echar de menos la tierra, su estabilidad y todo eso... Pero el mar...
El mar es un inmenso tesoro, lleno de secretos, de misterios, de joyas, de felicidad, de aventuras, el mar es como una bestia que nadie jamás podrá domar, pero ay, de cuando se deja querer...
Nada es comparable a lo que la mar puede ofrecerte, nada te puede hacer más daño, y, como merece la pena sufrir por sus olas. Por sus idas y venidas. Por luchar contra el timón y no contra la vida.
Que hermosa es la mar cuando nadie la ve.

No hay comentarios:

Publicar un comentario