Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

martes, 10 de noviembre de 2015

Nunca encontrarás un demonio por la calle.

A veces creo que los demonios rondan por las calles, te sonríen en las esquinas, te besan en las mejillas, te acarician el alma disimuladamente y te enamoran a base de heridas y curaciones.
Te regalan corazones negros, y los pintan de rojo con tu sangre.
Te duplican el ritmo de tus latidos para poder quedarse con la mitad de ellos, para ellos poder vivir, de tu corazón, de tu dolor, de tu agonía. Ellos no podrían vivir sin tu agonía.
Y voy buscando por la calle cuernos y rabos, tridentes de fuego y corazones carbonizados.
Pero nunca logró vislumbrar más que dolor en ojos tristes, rabia en ojos dañados, miedo en ojos erizados.
Los demonios no rondan por las calles, no duermen entre esqueletos y sangre, duermen en un colchón mojado de lágrimas, alcohol u orina.
Los demonios viven dentro de nuestros corazones encarnecidos, los demonios viven gracias a nuestra agonía, porque nosotros los hacemos nacer, los alimentamos, enfurecemos, enseñamos y cuidamos. Por el mismo dolor, por la misma rabia, por el mismo miedo a los demonios, nos creamos unos propios.
Y estos son los únicos que pueden acabar con nosotros.
Antes tenía miedo de salir a la calle y encontrar demonios. Ahora tengo miedo a que los míos me devoren, a veces tengo tanto miedo de qué hagan daño que alimento al demonio más cobarde.
Ahora vago por la calle viendo pobres diablos que nunca se liberarán de ellos, que nunca conseguirán salir de la esclavitud que ellos mismos se han provocado.
Antes tenía miedo, ahora sólo dolor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario