Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

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martes, 24 de junio de 2014

Por las promesas de humo.

Bajo el viejo roble me recuesto entre sus raíces más gruesas que mis brazos.
Noto el cigarro tras mi oreja, "No volveré a fumar, lo prometí".
Y ahora solo busco una cerilla, unas ramas con las que hacer fuego, un incendio que encienda mi cigarro y me queme hasta las entrañas.
Me tiemblan los dedos, oigo balas a lo lejos, sus gritos viniendo a por mí, y me vendo la mano con barro y musgo, solo puedo pensar en el asqueroso humo jodiéndome los pulmones una vez más, solo una vez más. Delante de mis pies el enorme río me mira asqueado, "Por personas como tú, el mundo está como está, los bosques se convierten en cenizas y las personas en piel arañada por las balas y las cuchillas".
Sus palabras me llegan al corazón, pero no a los oídos.
Necesito un cigarro.
Echarle un poco de odio a mis pulmones.
Un trozo de negra oscuridad a mis labios.
Mi cerebro no recuerda que es el miedo, pero mi cuerpo si, los dedos no aciertan a coger el cigarro tras mi oreja y se cae al suelo. "No importa, todavía se puede fumar".
Los gritos me sobrecogen, y no puedo echar a correr, porque mi cerebro se ha bloqueado.
Primero mi cigarro.
Pequeño bailaor entre mis dedos, lo aspiro hasta sin fuego y quiero llorar, y no es por mi vida sino por mis promesas, que se van a romper todas a la vez.
La única cerilla que podría en algún momento salvar mi vida esta ayudándome a calmar mis nervios.
¿Cómo me pude creer tan fuerte?
Me quemo las yemas de los dedos pero ni siquiera los aparto, aspiro el humo blanco, el humo gris, el humo rompiendo mi garganta con anginas, es más dulce si aguanto la tos y me lloran los ojos.
Me tiemblan hasta las piernas y me acabo el cigarro con tanta prisa que apenas lo noto en mis dedos unos pocos segundos.
El cigarro se ha ido, pero no se ha llevado con sigo
ni mis ganas, ni mis nervios, ni mis miedos y me ha dejado la boca como un arado y la garganta como el río ensangrentado que tengo delante de mi.
¿Y ahora, ahora qué?

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