Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

sábado, 8 de febrero de 2014

¿Amiga o marioneta de la muerte?

Te juro que lo he intentado todo.
He sustituido tu droga por todas las cosas a las que una persona se puede hacer adicta, he perdido todo el dinero que tenía en el juego, he querido esnifar cada polvo blanco que encontraba, he comido todo lo que decían que mataba, he fumado todo lo que prohíben fumar, y cada día bebía un poco más, pensando que el efecto se doblaría. He jugado en frente de una pantalla tantas horas seguidas que confundía la realidad con el juego, he estado tan pegada al teléfono esperando a que volviera sonar que lo oía en mi cabeza vibrar. Pastillas, jarabes, violencia contra las ventanas, contra las personas, he odiado mientras amaba, he perdido mientras ganaba.
Salí un día a hacer deporte y volví hecha un ciclomotor, devolvía batidos de proteínas, que ironía, semanas antes había decidido no comer nunca más. He ido al bosque a comer setas, me he perdido entre mis miedos, he sentido que el corazón se me salía por los ojos y no por la boca, y después de crear un mundo lleno de muerte por todas las esquinas lo único a lo que me he hecho adicta es a ti. 
Tu ausencia me revienta más que el humo en los pulmones cuando empecé a fumar, ¿Conoces a alguien tan inútil que ni siquiera la muerte la quiera a su lado? 
Me arranca las venas, clava sus alargadas uñas en mis antebrazos, busca y encuentra, y empieza a tirar de ellas, las saca enteras, como cuando robábamos el cobre de las paredes. ¿Recuerdas? ¿Crees que mis venas le valdrán a ella también para alguna apuesta, para algún pago, para alguna droga?
Será que la muerte también es una adicta, a jugar con los hilos de mis venas, a reírse de mi existencia, del baño de sangre que deja cada vez que tira de ellas, será que mis gritos de dolor es música para sus no oídos, será que me espera un altar en el fuego abrasador y no le parece suficiente.
Y no me lleva con ella. 
Me despierto en el baño de un tugurio, debajo de la lluvia, en la copa de un árbol, en una basura o entre cartones y no me lleva con ella. Será que la muerte es mejor que la vida y cree que no me la merezco.
Será que mis venas le sirven para ahorcar a otras personas, o quizás, para limpiarse entre los dientes la sangre de otros. Será que para las cuencas de sus ojos yo soy belleza, o quizás nos odie por tener cuencas y decida vengarse de mi, por haber malgastado mis sentidos terrenales.
¿Y si tiene razón? Pude haber visto la música, oído la belleza, saboreado los colores, podría hasta haber sentido los olores. ¿Y lo hice? No, lloré, rompí, grité, malgasté, mentí, traicioné, luché, odié, fui ciega y sorda pero no muda.
Utilicé lo que tenía para hacer todo lo que no podía hacer.
Soñé con lo que nunca podría tener.
Sufrí por todo lo que ya tenía.
Y lo único que se me ocurrió fue vengarme, contra mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario