Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

Todos tenemos algún secreto, hay muchos tipo de secretos...

martes, 25 de febrero de 2014

Y, ¿quién da más?

Me avergüenzas.
Me avergüenza tu existencia.
Me avergüenza tu voz, tus labios moviéndose uniendo palabras tales como ¡Eres una perra rabiosa con herpes!¿Qué quieres decir? ¿Qué te drogas quizás?
Unes las palabras de mi mismo idioma y me avergüenza que piensen que sabes hablarlo, es mucho mas difícil que unir con nexos palabras sin complejidad ni conjunto.
Agachas la cabeza y ladras como un perro con la rabia, me dan ganas de enseñarte a odiar y que por lo menos sepas como odiarme.
Mi sangre se disuelve como el agua en vapor, escribe compases de cuatro por cuatro más rápidos que los de un rock and roll, miro tus ojos cobardes y prepotentes y me avergüenzo.
De haber estado a tu lado, de haberte defendido, de haber hablado por ti, de haber puesto mis ojos delante de los tuyos, de haberlo intentado y haber fallado.
Y te miro y me avergüenzo, por mí, por haberlo intentado y haber fallado, tus ojos oscuros se han vuelto mas blancos que la droga que te metes cada noche. 
Busqué tu dignidad y tu decías que ¿para qué? Son ellas las perras. Y no, nadie te quita la dignidad. Solo tú. Nadie te odia. Solo tú. Nadie te teme. Solo tú. Y pronto, nadie te querrá a su lado, ni tú.
Y me avergüenza haberme fallado al haberte fallado a ti, y no hay nada mas egoísta que lo que te voy a decir, pero no quiero volver a oír tu voz hablando de vinos que no conoces, creyendo que sabes lo que nadie sabe, y no quiero saber nada de ti, porque me avergüenza, y sino puedo ayudarte, no quiero oír como malvives.
Me rompe, me hierve, quiero romperte desesperada, ¿qué hago sino vuelves en ti? Y no, sino puedo ayudarte no quiero saberte. Y vete, ¡Lárgate de donde yo pueda verte! 
Mi alma se expande del calor, mi fuerza se funde con mi rabia, mi impotencia con mi dolor. ¿Y qué puedo hacer yo si tú no quieres hacer nada?
No lo entiendo, como al mirarte en el espejo nos puedes odiar tanto. 
A ti por el reflejo y a mí, por decirte que no ves lo que hay en el reflejo.
Duele querer que te vayas, pero más duele ver como te quedas.
Rompe pensar que te has rendido y más rompe pensar que me estoy rindiendo.

2 comentarios: